TIWANAKU |
Tiwanaku era un populoso centro urbano que contaba con un centro cívico
ceremonial y una serie de construcciones vecinas que cubrían un área de cuatro
kilómetros cuadrados, fundada alrededor del 300 d.C. y ciertas edificaciones
quedaron sin terminar hacia el 900 d.C.
La mampostería en Tiwanaku, revela uno de los más hábiles trabajos
constructivos de Sudamérica, multitudes de hombres cortaron la piedra en
lejanas canteras y luego la transportaron a la gran urbe, llegando a cortar
piedras de hasta 10 toneladas, a las que daban forma rectangular y encajaban
con gran destreza en los impactantes muros de los edificios de la ciudad. Los
bajorrelieves iconográficos estaban cubiertos con planchas metálicas, logrando
cubrir algunas portadas de monumentos con oro, sus sistemas de unión de los
bloques de piedra reflejan un antiguo uso del metal con fines constructivos. Su
gran capacidad como constructores y arquitectos en sus fastuosos templos, sus
cálculos de inclinaciones en los muros y su excelente técnica urbanística les
permitieron la creación de redes superficiales y subterráneas de canales para
eliminar las aguas pluviales y servidas. Es importante recalcar que todos sus
templos tienen una orientación astronómica con una precisión asombrosa.
La cosmovisión andina tiwanakota se fundamenta como ven al cosmos,
al mundo, los habitantes de los andes, en un concepto que está muy ligado a su
espiritualidad. Existe una integración
muy fuerte entre el hombre y la tierra, como veneración a la Pachamama madre de
tierra que da vida.
La perspectiva del mundo es un todo y los hombres somos parte de
él. Existe una integración total. Es por esto que los indígenas del altiplano
tienen ritos y ceremonias que muestran el gran respeto a la naturaleza.
Aunque también continúan existiendo algunos ritos de sacrificios
de animales que no dejan de chocar por lo sanguinario.
LA CHACANA |
Muchas de las creencias religiosas y cosmovisión de su mundo se
pueden apreciar en sus jeroglíficos plasmados en los muros que dejaron tallados
con diferentes tipos de figuras como de seres antropomorfos y gigantescos como
el de los monolitos. Además en la puerta del sol o portada del sol se puede
apreciar la imagen de un ser con características ornitomorfas (hombre pájaro),
al cual identifican como el Dios Wiracocha muchos estudiosos. Tiahuanaco
al igual de las demás culturas andinas y altiplánicas tenía un gran respeto por
los seres de la naturaleza y las fuerzas que existían en ellas (panteísmo),
y eran los sacerdotes los encargados de la práctica del culto en los grandes
templos tiahuanaquenses.
Tiwanaku, reconocida como la cuna de la civilización americana, es uno de los centros rituales y ceremoniales más importantes de la cultura aymara. En este lugar importantes rituales se desarrollan el 21 de junio para la celebración del Año Nuevo aymara, de acuerdo a la Cosmovisión del Pueblo Aymara en esta fecha se rinde culto y se llevan ofrendas al Sol, a la Luna y a la Madre Tierra para que el nuevo año sea un buen tiempo para la agricultura y la ganadería.
La importancia de este ritual, es fundamental para el pueblo Andino especialmente, ya que en todo el territorio existen alrededor de 1’500.000 habitantes que se autodefinen como aymaras. La práctica de su idioma nativo es un claro indicador de su presencia en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y ahora, también algunas zonas de Chuquisaca y Tarija, éstos últimos por el intenso movimiento poblacional de la zona andina.
La disposición de sus altares, templetes, y otras ruinas arquitectónicas merecieron una intensa investigación. El arqueólogo germano Arthur Posnansky, durante los años veinte, fue el primero de muchos en prestar atención a las ruinas que plagaban la zona cercana al lago.
Sus propósitos fueron intentar saber quién construyó los templos, quién los habitó y qué técnica se empleó para mover los miles de metros cúbicos de piedra que los conformaban.
Tiwanaku, reconocida como la cuna de la civilización americana, es uno de los centros rituales y ceremoniales más importantes de la cultura aymara. En este lugar importantes rituales se desarrollan el 21 de junio para la celebración del Año Nuevo aymara, de acuerdo a la Cosmovisión del Pueblo Aymara en esta fecha se rinde culto y se llevan ofrendas al Sol, a la Luna y a la Madre Tierra para que el nuevo año sea un buen tiempo para la agricultura y la ganadería.
La importancia de este ritual, es fundamental para el pueblo Andino especialmente, ya que en todo el territorio existen alrededor de 1’500.000 habitantes que se autodefinen como aymaras. La práctica de su idioma nativo es un claro indicador de su presencia en los departamentos de La Paz, Oruro, Potosí, Cochabamba y ahora, también algunas zonas de Chuquisaca y Tarija, éstos últimos por el intenso movimiento poblacional de la zona andina.
La disposición de sus altares, templetes, y otras ruinas arquitectónicas merecieron una intensa investigación. El arqueólogo germano Arthur Posnansky, durante los años veinte, fue el primero de muchos en prestar atención a las ruinas que plagaban la zona cercana al lago.
Sus propósitos fueron intentar saber quién construyó los templos, quién los habitó y qué técnica se empleó para mover los miles de metros cúbicos de piedra que los conformaban.
En síntesis
la cosmovisión de la cultura se ve reflejada en sus bajorrelieves donde se
muestra la cosmovisión, asi por ejemplo si vemos la cruz como símbolo debemos buscar su
significado en el cosmos, en los cielos del hemisferio sur, en las estrellas
que han sido observadas desde siempre para desentrañar sus secretos y
misterios. Gracias a un dibujo que deja el cronista indígena Santa Cruz
Pachakuti Yamki Salcamaiwa de una lámina de oro que estaba en Koricancha en el
Cuzco que reunía todos los elementos cosmovisivos de los andinos en su
interior, podemos encontrar en el centro del dibujo la representación de la
constelación de la Cruz del Sur (chacana en general) que había llamado
la atención siempre por su regularidad formal y temporal en nuestros cielos. Entonces
debemos descomponer la Cruz Andina en cuatro partes iguales y llegamos de esta
manera al elemento básico que la formó: el Signo Escalonado que sin ser la
representación de algo concreto y real, y por su presencia frecuente en la
cerámica tiwanacota, ha sugerido muchas interpretaciones.
Conclusiones
Después de realizar el trabajo podemos interpretar que
las ruinas de Tiwanaku está basada en el pensamiento de la cultura andina que
se ha ido construyendo de a poco hasta lograr una visión más completa.
Después de mostrar los detalles no hay duda sobre la
relación entre el templete semisubterráneo con el Manqapacha, la pirámide con
el Alajpacha y Kalasasaya con el Akapacha, mostrando de esta manera la trilogía
andina.
Bibliografía
BOERO ROJO, Hugo “Descubriendo
Tiwanaku”, Ed. Los Amigos del Libro, 1980, La Paz
PONCE SANJINÉS, Carlos “El Templete Semisubterraneo de Tiwanaku”, Ed. Los Amigos del
Libro, 1969 La Paz
Cultura Tiahuanaco : Historia www.culturamundial.com/2015/08/cultura-tiahuanaco-tiwanaku.html
Cosmovisión, religión y
astronomía de Tiwanaku, Ponce Sanjinés, Carlos, Taipinquiri, pp. 29-90, 1996
convergenciasposibles.blogspot.com/.../pensamiento-andino-y-las-edificaciones.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario